sábado, 14 de junio de 2008

Fue un recordado Jueves.

Fue un recordado jueves -no me acuerdo la fecha-, el tema es que todo empezó cuando iba entrando al colegio, y el Cami (el profesor de Matemáticas), nos recordó en forma de venganza o simpatía no se exactamente como querría haberlo hecho, que antes de salir por Santiago tendríamos la prueba con él. Aproximadamente a las 10:30 AM después de una sufrida y complicada prueba de matemáticas, en la que no me fue bien y no pude contestar la pregunta del perrito, la Naty (nuestra queridísima profesora de lenguaje) decidió que era hora de partir. En ese momento, la mayoría de las personas iban con sus mochilas en el pecho pensando en que la primera persona que pasaría nos asaltaría. Yo iba feliz y entusiasmado, llevaba dos BIP una de mi mamá y otra mía, yo sabía que la mía no tenía dinero, pero mi mamá me dijo que la suya tenia $5.000, al subirme a la primera micro me di cuenta que ni una de las dos BIP tenia dinero y Varela que estaba detrás mío me apuraba impacientemente, el tema es que tuve que pasar colado en todas la micros hasta que pude cargar mi BIP en la Estación Central.

Luego de un agobiante viaje en micro y metro llegamos al Mercado Central, para mí una de las mejores cosas del viaje y creo que para muchos también. La Naty nos dio 15 miserables minutos para almorzar en el Mercado, pero como se trataba del I medio B, quien otro, nos alargaron el tiempo de almuerzo en 45 minutos. Recorrimos todo el lugar para saber donde almorzar en menos de 30 segundos, hasta que en un momento un mozo nos dijo:
-“¡Hey cabros pasen pa´aca, sus amigo están arriba!”
Rápidamente subimos, allí estaban la mayoría de lo hombres y otros llegaron después. También estaba la Naty (no la profesora, una compañera), la Tity, la Lula y no me acuerdo de la otra persona. Nos organizamos en mesas de cuatro personas, se veía todo el Mercado Central desde ese lugar, recuerdo que veíamos al resto de nuestros compañeros dispersos en distintos restaurantes almorzando. Yo me senté con Iñaki, Diego y Darío.
En un difícil momento de reflexión por decidirnos que almorzaríamos, nos decidimos por empanadas, menos el Iñaki que pidió pescado frito con puré,
(Yo también quería, pero se le habían acabado las papas fritas). Estábamos pasándolo increíble en el momento en el que esperábamos nuestros pedidos, nos reíamos y hacíamos bromas, la gente nos miraba de reojo, pero no nos importaba, estábamos realmente entretenidos.
Entre chistes y bromas recuerdo que el Varela dijo, que alguien del curso lo estaba llamando al celular, preguntando donde estábamos, creíamos que él estaba perdido y yo en ese momento ingenuamente dije:
-“Te apuesto que es el Herman… si es mas pavo”
Justo en ese momento y en milésimas de segundo una voz detrás de mí me responde:
-“Que te pasa, estoy acá”
Increíblemente era Herman, en ese momento francamente no pudimos parar de reírnos, fueron por lo menos entre 3 y 5 minutos de risas y carcajadas, pero no fui el único que se equivocó, porque cuando el ambiente estuvo mas calmado y sólo conversábamos, pensamos que faltaba un hombre entre las mesas del restaurante en el que estábamos, y en ese momento el Edu dijo:
-“Si falta el Macabeo del Diego Rojas… es mas Macabeo ese tipo”
En la mesa del fondo apareció una voz que no la habíamos escuchado en todo el rato que estuvimos, todos nos dimo vuelta para escucharlo y nos dimos cuenta que era el Diego Rojas que dijo:
-“Que te pasa loco, si yo estoy acá”


El Simón en ese momento nos dijo:
-“Es verdad, el Diego Rojas ha estado acá desde el principio”
En es momento fueron otros 3 a 5 minutos de risas y carcajadas, la guata no nos daba mas, no podíamos parar de reír.

Teníamos demasiado hambre, por las risas y por el largo viaje que habíamos realizado. Las primeras empanadas que llegaron fueron para la mesa de las niñas, en ese momento no pudimos retener nuestras ganas de molestar al mozo y casi unánimemente empezamos a gritarle:
-“¡Macabeo, Macabeo, Macabeo!”
En ese momento todas las personas del segundo piso que estaban a nuestro alrededor, no pudieron contener la risa y todo el segundo piso del restaurante, simplemente reía.

Luego la Naty (la profesora) subió a buscarnos para irnos, pero al Iñaki no le llegaba su pescado y justo cuando ella iba a cancelar el pedido, éste llegó, pero igual nos teníamos que ir, así es que le dije al Iñaki:
-"No te preocupes, te ayudamos para que desocupes el plato mas rápido”
y entonces dije en voz alta:
-“¡Pescado comunitario!”
Todos nos abalanzamos sobre su plato y lo comimos en menos de un minuto, creo que el Iñaki fue el que menos comió a pesar de que era suyo. Luego pagamos y el Iñaki puso mas plata que todos nosotros, no se porque, creo que fue un error matemático (culpa del Cami), Iñaki insistió en que tendríamos que pagarle, pero no le hicimos caso. Nos reunimos con la Naty y continuamos el viaje, en el cual el Iñaki nos recordó todo el rato que tendríamos que pagarle, pero nunca lo hicimos.

Después pasaron muchas cosas más en el camino de vuelta, pero no los aburriré más, porque creo que no son necesarias de contar, además en el mercado fue donde mejor lo pasamos, donde mas me entretuve y compartí con mis compañeros, nos reímos mas que nunca y creo que todos estuvimos contentos de haber almorzado en aquel lugar juntos. Sin duda fue una experiencia que recomiendo realizar, porque fue muy entretenido y sirve mucho para conocer a tus compañeros, con los que no pasas mucho tiempo a los cuales no conoces bien. Si me dieran la opción de volver a vivirla sin duda lo volvería a hacer.

viernes, 25 de abril de 2008

Tribus urbanas, como sobresalen en la sociedad y como identifican al chileno.

En Chile entre los jóvenes prevalecen tribus urbanas en las que se definen y se caracterizan según su forma de vestir y actuar, y hace que sobresalgan entre la sociedad. En este texto se caracterizará a los chilenos según su forma de vestir, tambien demostrará como los chilenos adoptan rápidamente tendencia que no son suyas, lo que demustra la poca capacidad que tienen los chilenos para crear sus propias tendencias.

Cada tribu urbana tiene su nombre, Pokemón, Otaku, Pelolais, Emo, Flaite, Visual, Hardcore, etc. La mayoría de estos estilos tienen sus propios bailes y formas de vestir.

Las tribus urbanas definen sus estilos dependiendo de su entorno social y educación. Otros se asimilan a las clases sociales bajas teniendo estilos que son generalmente de los jóvenes de esa clase social, sin embargo los jóvenes de las clases sociales bajas se compran ropas caras que incluso la clase social media no puede pagar, pensando que en vestir caro van a subir de clase social.

Sus maneras de vestir generan discusión debido a que son sacadas directamente o mezcladas de tendencia de otros países. Sobresalen de las demás personas por sus percings y sus formas de vestir. Se encierran en sus grupos de amigos y estilos sin importarles su entorno o la sociedad que los rodea. Las distintas tribus urbanas se pelean entre si creando rivalidades entre tribus o dentro de las mismas, colocando sobrenombres o apodos como: "Picao" a "Pokemón", "Picao" a "Flaite", "Picao" a "Pelolais". Etc.

Modas antiguas como los hip-hoperos ya casi no existen debido a que se han combinado con otras modas perdiendo casi su verdadera o principal importancia o causa de existencia, permanecen algunas cosas o detalles como el canto, el baile y el graffiti.

Las tribus urbanas nos dicen como nosotros los chilenos, nos abrimos rápidamente para adoptar tendencias que no son nuestras. El chileno es poco capaz de generar o mantener sus propias tendencias y deben sacarlas de otros lugares. Nosotros los chilenos podemos llegar a tener rivalidades según nuestros puntos de vista, en este caso el de las tribus urbanas.

viernes, 18 de abril de 2008